8 Tips para que tu mente no enferme a tu cuerpo


¿Sentiste “mariposas en el estómago” cuando viste a alguien que te gusta o cuando ibas a pasar al frente a hacer una presentación? ¿Te sudaron las manos cuando presentaste un examen importante o cuando ibas a tener una entrevista?

No se puede negar que somos seres formados por cuerpo y mente, por tanto existe una relación muy estrecha entre lo que sucede en la mente y lo que pasa con el cuerpo. Cuerpo y mente son una dualidad.

Las enfermedades son una expresión del cuerpo de que algo sucede dentro de nosotros. Hay estudios (y a medida que pasa el tiempo cada vez más) que ayudan a sustentar esto.

El cuerpo es una máquina perfecta que se debe escuchar pero a veces, cuando sentimos dolor, lo ignoramos y no le damos importancia.

Esta dualidad entre mente y cuerpo puede volverse una relación "viciada"; por ejemplo: una persona se estresa, por lo tanto, comienza a sentir dolores en el cuerpo o se enferma, lo cual lleva a un grado de estrés mayor, y así sucesivamente.

El estrés, por ejemplo, está relacionado con muchas enfermedades, desde enfermedades en el sistema digestivo, hasta insomnio, entre otras. (Puedes leer el artículo que preparé sobre el estrés y algunos tips para evitarlo o manejarlo https://www.lilianatorres.life/2021/09/10-tips-para-reducir-el-estres.html).

Hay muchas razones o modelos mentales que pueden causarnos una enfermedad o ser uno de los motivos que nos la causen. Situaciones como: el rencor, duelos mal trabajados, falta de perdón, depresión, baja autoestima, crítica, culpa, etc., son conflictos psicológicos que se transforman en físicos. 

El ser humano es un ser material, químico, dentro del cual se llevan a cabo conexiones eléctricas, segregaciones de sustancias, cambios físicos, etc.; así que cada conducta, situación o problema que vivimos tiene un efecto en nosotros, en la química del cerebro y en las sutancias que se segregan.

Hay algunos estudios que relacionan molestias en el corazón o presión alta con el rencor o enojo, ¡y es verdad! Simplemente recuerda, por ejemplo, la última vez que te enojaste, ¿tuviste alguna sensación en el cuerpo? ¿dónde? ¿en el estómago, cabeza, espalda? ¿fue una sensación agradable o desagradable? ¿Se te fue el apetito? ¿fuiste consciente de ella? ¿o apenas estás reflexionando con estas preguntas? ¿Qué hiciste para remediarlo? 

Cuando el humano sufre una situación sentimental negativa, el sistema inmunológico se ve afectado y es más vulnerable a sufrir enfermedades o infecciones. Por ejemplo, por haber estado aislados por la pandemia de COVID 19, tuvimos que sobrevivir sin abrazos, sin contacto físico, sin visitas. 

Lamentablemente hubo personas que resultaron en depresión o enfermas, no con COVID19, sino de algún otro padecimiento físico a causa del aislamiento, el miedo, la incertidumbre y la falta de afecto. 

Por el contrario, el manejar las situaciones adversas de manera positiva, ayuda a tener un sentimiento placentero y, por tanto, a generar sustancias que elevan nuestras defensas.


Tips para reconocer y comenzar a solucionar


¿Qué puedes hacer si tienes una enfermedad o dolor en cualquier parte del cuerpo? Aquí te comparto algunos tips para ayudarte a conocer y comenzar a solucionar lo que está en tus manos.

  • Analiza los pensamientos que tienes a diario. Haz un recuento mental o incluso escribiendo, de los pensamientos negativos que tienes durante el día. Los pensamientos se transforman en palabras y/o hechos. Cada vez que hay un pensamiento en nuestra cabeza, se pone en acción. La idea es evitar esos pensamientos, o si ya los tuviste, reconocerlos y cambiarlos.

  • Haz una visualización a tu pasado e identifica lo que tienes que resolver o perdonar, y comienza a trabajar en esto. Puedes decirlo, escribirlo, llorarlo, pero suéltalo ya para que no sigas con ese fantasma.

  • No vivas en el pasado porque se vuelve una carga. Incluso vivir recordando con nostalgia las cosas buenas que tuviste, puede tener un efecto negativo, ya que empiezas a pensar que ese tiempo era mejor que el actual, y el actual no lo vives al 100%, y así, cuando el presente sea pasado, vas a creer que era mejor que tu presente.

  • No vivas en el futuro. Esto causa incertidumbre, desconfianza, miedo, angustia. Estos sentimientos son negativos para el cuerpo. Cuando empieces a pensar en lo que "seguramente" pasará, elimina y cambia ese pensamiento y detente a vivir lo de hoy.

  • Vive de buen humor. Hay personas que ya se acostumbraron a vivir de mal humor, ¡es una costumbre! Si tú eres una de ellas, ¡cámbialo ya! Inhala, exhala; cuenta hasta 10, piensa en que prácticamente todo al final se resuelve y mira tu situación, esto es sólo una temporada. En ocasiones no es tan grave como lo piensas. Recuerda una o dos situaciones en las que estuviste en dificultades y cómo lo resolviste. Estoy segura que usaste tus talentos, dones, imaginación y habilidades. Es posible que encuentres dentro de ti la respuesta a tu situación.

  • Cambia lo que te estorba. Si hay cosas en tu vida que están mal, piensa en lo que podrías cambiar tú para que entonces cambie tu situación. A veces buscamos que los demás cambien, que lo externo se resuelva, pero es posible que nosotros mismos nos hayamos metido en ese lío, sea como sea, piensa estrategias para salir. La idea es planear, prevenir, pensar antes de actuar.

  • Cambia tus modelos mentales. Es decir, si por ejemplo, siempre has dicho "Nadie me quiere", entonces frente a un espejo di para ti mismo(a) "Me amo y me acepto como soy" "Hay personas a mi alrededor para las que soy valioso(a) y me aman". Esto no es de un día, es un constante cambio. Imagina cuántas veces ha pasado por tu mente esa frase negativa, tanto que ya se te quedó como modelo de vida, ahora imagina cuántas veces debes decirte lo contrario.

  • Inicia el día agradeciendo lo que tienes. Olvida lo que no tienes y enfócate en lo que sí. Si vives es por un propósito, identifícalo.


Mente sana en cuerpo sano, y cuerpo sano en mente sana.


Tu amiga, Liliana.

No hay comentarios.: